Síndrome de Dolor Miofascial

Síndrome de Dolor Miofascial

El síndrome de dolor miofascial (MPS, por sus siglas en inglés) es común entre los pacientes con problemas de dolor musculoesquelético. MPS es una condición de dolor que se origina en el músculo y la fascia circundante. Los pacientes suelen presentar dolor localizado en un área restringida o dolor referido de varios patrones. Además, los exámenes físicos pueden revelar puntos gatillo (TrPs) en los músculos involucrados. El MPS se puede dividir en formas agudas y crónicas. El MPS agudo a menudo se resuelve de forma espontánea o después de tratamientos simples. Sin embargo, los MPS crónicos suelen tener un pronóstico peor, y los síntomas pueden durar 6 meses o más.

 

Varios factores pueden contribuir al MPS. Los factores de riesgo comunes son:

 

  • Eventos traumáticos
  • Factores ergonómicos (por ejemplo, actividades de sobreuso, postura anormal)
  • Factores estructurales (por ejemplo, espondilosis, escoliosis, osteoartritis)
  • Factores sistémicos (por ejemplo, hipotiroidismo, deficiencia de vitamina D, deficiencia de hierro)

Los músculos pueden tensarse debido a varios factores, como el sobre-esfuerzo, el sobre-estiramiento, contusiones, o por malnutrición y deshidratación muscular. Estos problemas pueden surgir durante la práctica deportiva o actividades cotidianas, resultando en dificultades para mantener ciertas posiciones, fatiga muscular prematura, pérdida de movimiento y dolor.

 

Hoy en día, la fisiopatología exacta del MPS aún es desconocida. Muchos investigadores intentan encontrar evidencia científica y formular hipótesis. Una de las teorías más aceptadas es la crisis energética de las fibras musculares. La actividad repetitiva o prolongada puede sobrecargar las fibras musculares, lo que conduce a hipoxia e isquemia muscular. Además, las bombas de calcio intracelulares son disfuncionales debido al agotamiento de energía. El aumento de calcio intracelular induce contracción muscular sostenida, lo que resulta en el desarrollo de bandas tensas. Además, los mediadores inflamatorios causados por lesiones musculares contribuyen al dolor y la sensibilidad de los músculos afectados. Aparte de esta hipótesis, existen muchas teorías, como la inflamación neurogénica, la sensibilización y la disfunción límbica, que se proponen como relacionadas con el MPS.

 

En el pasado, hubo numerosos artículos que informaron sobre la histopatología de los puntos gatillo de los músculos en modelos animales y humanos. El examen con microscopio óptico de los puntos gatillo mostró un nudo de contracción (contracción local de las fibras musculares) y estrechamiento del endomisio (espacio entre las fibras musculares). Además, se encontró un número decreciente de mitocondrias y acortamiento del sarcómero mediante microscopio electrónico.

 

Proposed trigger point anatomy. Normal (left) v. tense (right) muscle... | Download Scientific Diagram

Anatomía propuesta del punto gatillo. Las fibras musculares normales (izquierda) frente a las fibras musculares tensas (derecha) muestran la formación de nódulos y sus bandas tensas asociadas. Se postula que un punto gatillo es una concentración de dichos nódulos (X).

 

La mayoría de los pacientes con MPS sufren de dolor muscular local y dolor referido en patrones específicos. Por ejemplo, el dolor miofascial en el músculo infraespinoso suele referirse al área del deltoides anterior, la cara lateral del brazo y la mitad radial de la mano. El inicio del dolor puede ser agudo o insidioso. En algunos pacientes, los síntomas ocurren después de lesiones musculares o actividades de sobreesfuerzo. Por otro lado, ciertos pacientes desarrollaron síntomas sin factores desencadenantes identificables.

 

Referred pain pattern (red) from infraspinatus muscle MTrP | Download Scientific Diagram

Dolor referido (en rojo) de varios puntos gatillo (X) del músculo infraespinoso.

 

Los puntos gatillo son áreas hiperirritables en bandas tensas de músculo esquelético, que pueden estar en un estado latente o activo. Un punto gatillo latente no causa dolor referido de forma espontánea, mientras que un punto gatillo activo puede desencadenar una serie de signos y síntomas, como debilidad, restricción de la movilidad, reactividad aumentada, mayor fatigabilidad, recuperación retardada, relajación demorada, coactivación inapropiada, descoordinación, inhibición y espasmo referido. Al aplicar presión suficiente a estos puntos activos, se produce el dolor referido característico y una respuesta de espasmo local, lo que resulta en una notable disminución de la fuerza muscular durante la contracción aislada.

 

En el examen físico, generalmente se encuentran bandas tensas y puntos gatillo en los músculos afectados. La banda tensa es el vientre muscular contraído que se puede palpar. El punto gatillo es un punto sensible marcado en la banda tensa que puede agravar el dolor local y referido por compresión. Clasificamos los puntos gatillo en activos o latentes. Mientras que los puntos gatillo activos se encuentran en pacientes sintomáticos, podemos encontrar puntos gatillo latentes en pacientes sin dolor.

 

Cervical Spine Trigger Point Treatment — CAP Physical Therapy

En esta imagen, podemos ver marcado con una «X» un punto gatillo en el músculo trapecio y en rojo el dolor referido o a distancia que produce su palpación.

 

Los signos y síntomas clínicos normalmente indican MPS. Hay muchos criterios clínicos de diagnóstico para MPS. El consenso para la mayoría de los criterios incluye: «Punto gatillo», «reconocimiento del dolor al palpar el punto gatillo», «patrón de referencia de dolor específico» y «respuesta local de contracción» (una contracción muscular local rápida después de la palpación o punción).

 

Los puntos gatillo miofasciales (activos o latentes) siguen características clínicas comunes tales como:

 

  • Dolor a la compresión. Esto puede provocar dolor local y/o dolor referido similar a la queja clínica habitual del paciente o puede agravar el dolor existente.
  • Respuesta local de contracción. La palpación rápida (compresión a través de las fibras musculares de forma rápida) puede provocar una respuesta local de contracción, que es una contracción rápida de las fibras musculares en o alrededor de la banda tensa.
  • Tensión muscular. Un rango restringido de estiramiento y una sensibilidad aumentada al estiramiento de las fibras musculares en una banda tensa pueden causar rigidez del músculo involucrado.
  • Debilidad muscular. El músculo con un punto gatillo puede estar débil, pero generalmente no se nota ninguna atrofia.
    Los pacientes con puntos gatillo pueden presentar fenómenos autonómicos localizados asociados, que incluyen vasoconstricción, respuesta pilomotora e hipersecreción.
 

El síndrome de dolor miofascial (MPS) se diagnostica principalmente según hallazgos clínicos, pero también se pueden utilizar dispositivos médicos como la electromiografía y la ecografía para confirmar el diagnóstico. Estas herramientas son valiosas para descartar otros trastornos musculoesqueléticos y neuromusculares, así como deficiencias hormonales y nutricionales que pueden contribuir al MPS.

 

El tratamiento del MPS tiene como objetivo aliviar el dolor y corregir los factores desencadenantes. Se emplean diversos enfoques, que incluyen ejercicios de estiramiento, modificaciones ergonómicas, fármacos antiinflamatorios no esteroideos y relajantes musculares. Las modalidades físicas como la onda de choque extracorpórea, el láser de baja potencia, la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea y el ultrasonido terapéutico también desempeñan un papel importante en el manejo del MPS. La acupuntura, la punción seca y la inyección de anestésicos locales también han demostrado ser efectivas en algunos casos.

 

En algunos casos, puede haber factores perpetuantes que tienen un efecto de retroalimentación en el dolor miofascial. Estos factores pueden cronificar el dolor y la sensibilidad. Los factores perpetuantes también pueden desempeñar un papel importante en la propagación del dolor referido a través de mecanismos de sensibilización central.

 

  • Hay factores perpetuantes mecánicos, como la escoliosis, las discrepancias en la longitud de las piernas, la hipermovilidad articular y el sobreesfuerzo muscular.

 

  • Además, hay factores perpetuantes sistémicos o metabólicos, como el hipotiroidismo, la insuficiencia de hierro, la insuficiencia de vitamina D, la insuficiencia de vitamina C y la insuficiencia de vitamina B12.

 

  • Los factores perpetuantes psicosociales incluyen el estrés y la ansiedad.

 

  • También existen otros posibles factores perpetuantes, como las enfermedades infecciosas, las enfermedades parasitarias (por ejemplo, la enfermedad de Lyme), la polimialgia reumática y el uso de medicamentos de la clase de las estatinas.

 

  • En algunos casos, manejar y corregir un factor perpetuante identificado puede llevar a una resolución completa del dolor y puede ser el único enfoque terapéutico necesario para aliviar los síntomas del paciente.

 

La fibromialgia y el síndrome de dolor miofascial son dos condiciones musculoesqueléticas distintas, aunque comparten algunas similitudes en términos de síntomas. Aquí hay algunas diferencias clave entre ambas:

 

1. Características del Dolor: En la fibromialgia, el dolor generalizado es el síntoma principal, afectando áreas como los músculos, articulaciones y tejidos blandos. En contraste, el síndrome de dolor miofascial se caracteriza por puntos gatillo específicos y dolor localizado en áreas musculares.

 

2. Puntos Gatillo vs. Dolor Generalizado: La presencia de puntos gatillo sensibles en áreas específicas de los músculos es una característica distintiva del síndrome de dolor miofascial, mientras que la fibromialgia no se define por la presencia de estos puntos gatillo.

 

3. Síntomas Asociados: Además del dolor generalizado, la fibromialgia puede incluir fatiga, trastornos del sueño, dificultades cognitivas (conocidas como «niebla cerebral»), y sensibilidad extrema en puntos específicos del cuerpo conocidos como puntos sensibles. Por otro lado, el síndrome de dolor miofascial puede presentar otros síntomas como debilidad muscular localizada, espasmos musculares y restricciones de movimiento en la zona afectada.

 

4. Causas Subyacentes: Si bien no se conocen con certeza las causas exactas de ambas condiciones, se cree que la fibromialgia está relacionada con la amplificación del dolor en el sistema nervioso central, mientras que el síndrome de dolor miofascial a menudo se asocia con lesiones musculares, sobreuso de músculos específicos o estrés emocional.

 

Es importante obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento adecuado con la ayuda de un profesional médico para abordar estas condiciones de manera efectiva y mejorar la calidad de vida del paciente.

 

La punción seca es una técnica efectiva y segura para tratar estas tensiones de forma rápida. Además, el masaje, la vaccumterapia (ventosas), los estiramientos y el ejercicio guiado son otras técnicas que pueden ayudar a aliviar la tensión muscular y restaurar su estado óptimo. Ademas se deben sumar cambios dietéticos para reducir la inflamación y evitar ingredientes que parecen desencadenar el dolor.

 

Es crucial diferenciar el MPS de otros trastornos musculoesqueléticos como la tendinopatía, la artritis, la bursitis y el atrapamiento nervioso. Además, se debe considerar la posibilidad de fibromialgia en pacientes con múltiples puntos gatillo crónicos.

 

El pronóstico del MPS depende de la duración de los síntomas. Mientras que el MPS agudo tiende a resolverse con tratamientos simples, el MPS crónico puede volverse más persistente si no se abordan las condiciones subyacentes. Se ha observado una duración media de los síntomas de hasta 63 meses en algunos casos.

 

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