¿Están tus hormonas afectando tu sueño?

¿Están tus hormonas afectando tu sueño?

¿Una buena noche de descanso parece un recuerdo lejano para ti? ¿Podrían ser tus hormonas las culpables?

 

Nos sumergimos en la razón por la cual una buena noche de sueño no solo significa dormir 7/8 horas por noche, sino obtener el «tipo» correcto de sueño. De hecho, un buen descanso nocturno significa tener un sueño profundo y reparador. La forma en que dormimos afecta nuestra capacidad para usar el lenguaje, mantener la atención, comprender lo que leemos y resumir lo que escuchamos. Si comprometemos nuestro sueño, comprometemos nuestro rendimiento, nuestro estado de ánimo y nuestras relaciones interpersonales.

 

Efectos del sueño en la salud del cuerpo

 

La investigación ha demostrado que el sueño tiene un efecto profundo en muchos aspectos de nuestra salud. Tanto es así que la Organización Mundial de la Salud ha clasificado el trabajo en turnos nocturnos como un probable carcinógeno, con aquellos que trabajan 15 años o más en turnos nocturnos teniendo un modesto aumento en la mortalidad por cáncer de pulmón, diabetes, ataques cardíacos y otras enfermedades cardíacas. A nivel celular, cuando dormimos, nuestro ADN está en modo de reparación y regeneración. Cuando el sueño se ve comprometido, esto afecta la reparación del ADN y aumenta el riesgo de una variedad de cánceres.

 

El insomnio también contribuye a una inmunidad debilitada, causando una reducción en un tipo de glóbulo blanco llamado células NK (natural killer), vitales para controlar infecciones y detectar el desarrollo temprano de células cancerosas. Además, el sueño deficiente contribuye a desequilibrios hormonales, disminuyendo la testosterona en los hombres, lo que puede afectar su fertilidad y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y obesidad. A nivel psicológico, el sueño deficiente contribuye a una función de memoria pobre y un aprendizaje deteriorado, lo que puede afectar el rendimiento escolar o laboral y aumentar los niveles de estrés.

 

¿Qué podemos hacer para mejorar nuestro sueño?

 

Primero, debemos asegurarnos de que nuestros ritmos circadianos sean regulares y óptimos para un buen sueño. Esto significa obtener una buena exposición a la luz solar durante el día, especialmente por la mañana. Esto ayuda a regular la producción de melatonina, nuestra hormona clave del sueño. También es crucial crear un entorno adecuado para dormir, manteniendo el dormitorio oscuro, fresco y solo para actividades relajantes.

 

Mejorar nuestro sistema nervioso autónomo, particularmente nuestra variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC), también es esencial. El nervio vago, que conecta nuestro cerebro con nuestro corazón y intestinos, juega un papel clave en determinar cuán estresados o relajados estamos. Practicar meditación, terapia cognitivo-conductual, y limitar el consumo de alcohol y café puede mejorar nuestro tono vagal y, por lo tanto, nuestro sueño.

 

Las deficiencias nutricionales también juegan un papel clave en la regulación del sueño. Vitaminas como B6, folato, D3 y magnesio son cruciales para la producción de neurotransmisores como la serotonina y la melatonina, esenciales para un buen sueño. La deficiencia de vitamina D3, en particular, está relacionada con una variedad de trastornos del sueño.

 

El papel de las hormonas

 

Finalmente, las hormonas juegan un papel crucial. El ritmo circadiano del cortisol y la melatonina están estrechamente relacionados. En un ritmo normal, el cortisol es alto por la mañana y la melatonina es baja, lo que ayuda a estimular el cuerpo para despertarse y sentirse renovado. Por la noche, el cortisol debe estar bajo y la melatonina alta para que el cuerpo se sienta somnoliento y listo para dormir. Sin embargo, en muchas personas, el cortisol se eleva por la noche debido al trabajo tardío, el uso de dispositivos electrónicos o la socialización, dificultando la conciliación del sueño.

 

Para corregir el desequilibrio de cortisol y melatonina, es necesario ajustar los hábitos de vida y considerar intervenciones herbales y suplementarias. Un enfoque de medicina funcional puede ser más efectivo a largo plazo y requerir menos medicación. Una buena noche de sueño y un sueño profundo no solo son importantes para sentirse renovado y preparado para un nuevo día, sino que también son componentes clave para una mente y un cuerpo saludables.

 

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