
Mielopatía Cervical Degenerativa
¿Qué es la DCM y por qué es importante detectarla a tiempo?
La DCM se origina por cambios degenerativos en la columna cervical, que incluyen protrusión de discos, formación de osteofitos (callos óseos), esclerosis ligamentaria y otras alteraciones que producen compresión en la médula espinal. Estas alteraciones oclusivas ocasionan inflamación, isquemia (falta de oxígeno) y muerte neuronal, causando síntomas que afectan la movilidad, el control de la vejiga y el funcionamiento general.
Detectarla a tiempo, preferiblemente en sus fases iniciales, permite realizar una cirugía de descompresión que puede detener la progresión y mejorar significativamente la calidad de vida del paciente. La intervención temprana suele tener mejores resultados si se realiza dentro de los primeros cuatro meses del inicio de los síntomas y en pacientes más jóvenes.
¿Cuáles son los síntomas y signos que deben preocuparnos?
La presentación clínica de la DCM es variable y puede confundirse con otros trastornos, especialmente en etapas tempranas. Sin embargo, hay ciertos signos y síntomas característicos que, si se detectan, deben activar la sospecha clínica:
Síntomas iniciales
- Dolor y rigidez en el cuello, con o sin dolor irradiado en el brazo o la escápula.
- Dificultad para caminar o pérdida de equilibrio, que puede manifestarse como cojeo, dificultad para coordinarse o sensación de pesadez en las piernas.
- Dificultad fina y torpeza en las manos, incluyendo caídas de objetos, pérdida de coordinación de los dedos o debilidad en las extremidades superiores.
- Parastesias y entumecimiento en las manos y brazos, que a menudo se confunden con síndrome del túnel carpiano.
Signos clínicos en consulta
- Marcha inestable y espástica, con pasos descoordinados.
- Pruebas de reflejos aumentados (hiperreflexia) en brazos y piernas.
- Signo de Hoffman y Babinski, que indican deterioro de las vías nerviosas superiores.
- Signo de Lhermitte, una sensación de chispazo eléctrico que se presenta al flexionar el cuello.
- Otros signos incluyen el signo de Romberg positivo y reflejos como el de brachiorradial y clonus de tobillo.
Es importante destacar que muchas de estas manifestaciones pueden ser confundidas con otras patologías neurológicas o degenerativas, como la enfermedad de Parkinson o la esclerosis lateral amiotrófica, por lo que la evaluación cuidadosa y la sospecha clínica son fundamentales.
La importancia de una evaluación diagnóstica oportuna
El diagnóstico se confirma mediante resonancia magnética (MRI) de cuello, que muestra la compresión de la médula en uno o más niveles. Sin embargo, la presencia de cambios degenerativos en la columna cervical puede ser común y asintomática en adultos mayores, por lo que la correlación clínica es esencial.
¿Qué se puede hacer desde la atención primaria?
Como profesionales de la salud, podemos desempeñar un papel crucial en la detección temprana de DCM mediante:
- La sospecha clínica en pacientes mayores o con síntomas neurológicos.
- La evaluación de signos motores y reflexivos.
- La consulta con especialistas cuando la sospecha es fuerte, para realizar estudios de imágenes y determinar la planificación del tratamiento.
Además, promover la educación del paciente sobre la importancia de acudir a consulta ante síntomas persistentes o cambios en la movilidad y sensibilidad.
Conclusión
La detección temprana de la DCM puede marcar la diferencia entre una recuperación funcional significativa y la discapacidad permanente. La clave está en aumentar la conciencia clínica, reconocer los signos y síntomas compatibles, y promover la derivación oportuna para estudios especializados y tratamiento quirúrgico cuando sea necesario. Educar a los pacientes y a los profesionales de la salud sobre esta condición, especialmente en poblaciones en riesgo, es fundamental para mejorar los resultados y la calidad de vida de quienes la padecen.
Recuerde: La sospecha temprana salva vidas y previene discapacidades irreversibles. Si usted o su paciente presentan síntomas neurológicos en cuello, brazos o piernas, consulte a un especialista y no dude en solicitar una resonancia cervical.
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