Comprendiendo la Artritis Espinal: Última Evidencia sobre Patología y Tratamiento
La artritis de la columna vertebral, o artritis espinal, es una condición común que puede causar dolor en la espalda y el cuello, rigidez e incomodidad, especialmente a medida que envejecemos. Esta condición se refiere a la inflamación en las articulaciones de la columna vertebral, lo que puede provocar una variedad de síntomas que afectan la vida diaria. Aunque el término «artritis» a menudo se asocia con el desgaste, existen diferentes tipos que afectan la columna vertebral, cada uno con sus propias causas y tratamientos. En este artículo, exploraremos los diferentes tipos de artritis espinal, la última comprensión de la patología y las mejores opciones de tratamiento conservador (no quirúrgico), centrándonos en la causa más común de artritis que vemos: la osteoartritis (OA).
Tipos de Artritis Espinal
- Osteoartritis (OA)
La osteoartritis es el tipo más común de artritis y resulta de la degeneración del cartílago entre las articulaciones con el tiempo. En la columna vertebral, típicamente afecta las articulaciones facetarias (las articulaciones entre cada vértebra), causando dolor, rigidez y disminución de la movilidad.
- Artritis Reumatoide (RA)
La artritis reumatoide es una condición autoinmune donde el sistema inmunológico del cuerpo ataca las articulaciones, incluidas las de la columna vertebral. La RA a menudo afecta la parte superior de la columna (columna cervical) y puede llevar a una inflamación y dolor significativos.
- Espondilitis Anquilosante (AS)
La espondilitis anquilosante es un tipo de artritis inflamatoria que afecta principalmente la columna vertebral y las articulaciones sacroilíacas (donde la columna se encuentra con la pelvis). Con el tiempo, la AS puede llevar a la fusión de las vértebras espinales, reduciendo la flexibilidad y movilidad.
- Artritis Psoriásica
Vinculada con la condición de la piel psoriasis, la artritis psoriásica también puede afectar la columna vertebral, causando dolor en las articulaciones, hinchazón y rigidez.
Patología de la Osteoartritis Espinal (OA)
En la osteoartritis de la columna vertebral, el cartílago protector entre las articulaciones facetarias se desgasta con el tiempo. Esta degradación puede llevar a dolor, rigidez y la formación de espolones óseos (osteofitos), que a veces pueden estrechar el espacio disponible para los nervios. La OA espinal generalmente progresa lentamente, con síntomas que se vuelven más pronunciados a medida que el cartílago continúa deteriorándose.
La investigación actual muestra que la OA no se trata solo de desgaste; también hay un componente inflamatorio, incluso en lo que pensamos como artritis «no inflamatoria» como la OA. La inflamación de bajo grado dentro de la articulación puede contribuir a la degradación del cartílago y al engrosamiento de la cápsula articular. Esta combinación de estrés mecánico e inflamación se considera ahora central para la progresión de la OA espinal.
Última Evidencia sobre el Tratamiento: Manejo Conservador para la OA
El manejo conservador se centra en intervenciones no quirúrgicas que buscan manejar los síntomas, mejorar la función y ralentizar la progresión de la osteoartritis. Aquí está lo que dice la última evidencia sobre las mejores formas de manejar la OA espinal de manera conservadora:
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Terapia de Ejercicio
El ejercicio es uno de los tratamientos más efectivos para la OA espinal, respaldado por una fuerte evidencia. La actividad física regular puede ayudar a fortalecer los músculos que soportan la columna vertebral, mejorar la flexibilidad y reducir la rigidez. Los tipos de ejercicio que son particularmente útiles incluyen:
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- Ejercicios de fortalecimiento: Fortalecer los músculos del núcleo (abdominales, espalda y caderas) proporciona un mejor soporte para la columna vertebral y reduce la presión sobre las articulaciones.
- Ejercicios aeróbicos: Actividades de bajo impacto como caminar, nadar o andar en bicicleta ayudan a mantener la salud de las articulaciones y mejorar la condición física general sin poner demasiada tensión en la columna vertebral.
- Ejercicios de estiramiento y flexibilidad: Estos ayudan a mantener el rango de movimiento y reducir la rigidez en la columna vertebral.
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Terapia Manual: Kinesiología y Quiropráctica
Trabajar con un kinesiólogo o un quiropráctico puede ser beneficioso, ya que pueden diseñar un programa de ejercicios personalizado y utilizar técnicas de terapia manual para ayudar a reducir el dolor y mejorar la movilidad.
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Control de Peso
Mantener un peso saludable es crucial para manejar la OA espinal. El exceso de peso aumenta la carga sobre la columna vertebral, lo que puede acelerar la degradación del cartílago y empeorar los síntomas.
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Medicamentos
Aunque los medicamentos no abordan la causa subyacente de la OA, pueden ayudar a manejar los síntomas. Las opciones comunes incluyen:
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- Antiinflamatorios no esteroides (AINEs): Ayudan a reducir la inflamación y el dolor.
- Cremas tópicas: Cremas que contienen AINEs o capsaicina pueden aplicarse directamente sobre el área dolorosa y pueden proporcionar alivio localizado sin los efectos secundarios sistémicos de los medicamentos orales.
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Terapia de Calor y Frío
Aplicar compresas calientes o frías puede ayudar a manejar el dolor y la rigidez asociados con la OA espinal. La terapia de calor es útil para aflojar las articulaciones y músculos rígidos, mientras que la terapia de frío puede reducir la inflamación después de las actividades.
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Terapia Cognitivo-Conductual (TCC)
Vivir con dolor crónico puede afectar la salud mental, y la conexión mente-cuerpo juega un papel en cómo experimentamos el dolor. La TCC es un tipo de terapia que ayuda a los pacientes a manejar los aspectos psicológicos del dolor crónico.
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Suplementos
Aunque la evidencia es mixta, algunas personas con OA espinal encuentran alivio con suplementos como glucosamina y condroitina, que se cree que apoyan la salud de las articulaciones.
Conclusión
La artritis espinal, particularmente la osteoartritis, puede ser una fuente de dolor y discapacidad, pero con las estrategias de manejo adecuadas, es posible mantener la movilidad y reducir los síntomas. La última evidencia respalda un enfoque conservador que se centra en el ejercicio, la terapia física, el control de peso y las estrategias para aliviar el dolor como la medicación y la terapia manual.
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