
Artrosis de rodilla: lo que sabemos hoy
¿Por qué aparece?
El cartílago de la rodilla se deteriora cuando existe un desequilibrio entre los procesos que lo reparan y los que lo dañan. En ese contexto, las sustancias inflamatorias y las enzimas “destructoras” del cartílago aceleran el daño.
Además:
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La inflamación de la rodilla (sinovitis) mantiene un círculo vicioso de dolor y deterioro.
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El exceso de carga o mala alineación de la pierna favorece la formación de hueso nuevo (osteofitos) y la pérdida de estabilidad.
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El sobrepeso y la obesidad aumentan tanto la carga mecánica como la inflamación debido a sustancias que libera la grasa (adipocinas).
Factores de riesgo
Algunos no se pueden modificar:
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La edad: es más común después de los 50 años.
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El sexo: las mujeres la sufren más que los hombres.
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La genética: ciertas variantes genéticas aumentan el riesgo.
Otros sí dependen de nosotros:
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Obesidad → uno de los principales factores de riesgo.
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Lesiones previas en la rodilla → aumentan la probabilidad de desarrollar artrosis.
Actualmente, se estima que más de 370 millones de personas en el mundo tienen artrosis de rodilla, y el número seguirá creciendo con el envejecimiento y la obesidad en aumento.
El diagnóstico combina tres pilares:
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Síntomas y examen físico: dolor, rigidez, crujidos, hinchazón o aumento de volumen.
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Imágenes: las radiografías son lo más usado; la resonancia magnética permite ver mejor los tejidos blandos.
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Cuestionarios del paciente (como el WOMAC), que ayudan a medir el impacto real en la vida diaria.
Tratamientos disponibles hoy
El manejo depende de cada persona, pero la base es siempre no farmacológica:
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Bajar de peso: alivia presión sobre la rodilla.
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Ejercicio: fortalece músculos, mejora movilidad y reduce el dolor (puede ser aeróbico, de fuerza, equilibrio o incluso en piscina).
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Educación: entender la enfermedad ayuda a manejarla mejor.
Si es necesario, se agregan:
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Medicamentos (paracetamol, AINEs para dolor e inflamación).
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Inyecciones (corticoides para brotes, ácido hialurónico en algunos casos).
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Cirugía (prótesis total de rodilla) para casos avanzados con gran dolor y limitación.
¿Qué se viene en el futuro?
La investigación está muy activa en:
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Medicamentos que no solo alivien síntomas, sino que modifiquen la enfermedad (DMOADs).
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Terapias biológicas: células madre, exosomas y terapias génicas.
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Nanotecnología: sistemas de liberación de fármacos que actúan directo en la articulación, con menos efectos secundarios.
En resumen
La artrosis de rodilla es una enfermedad compleja y frecuente, con causas mecánicas, inflamatorias y metabólicas. Su tratamiento requiere un enfoque integral: ejercicio, control de peso, medicamentos si se necesitan y, en algunos casos, cirugía.
El futuro apunta a terapias que reparen el cartílago y frenen la progresión, lo que abre una puerta de esperanza para millones de personas.
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